Mi padre es un hombre mayor que padece, aparte de las enfermedades y afecciones típicas de la edad avanzada, de la enfermedad de Parkinson. Con lo cual, el buen hombre tiene que llevar un tratamiento estricto que tiene que seguir a rajatabla para mejorar los síntomas derivados de la pérdida y muerte neuronal propios a dicha enfermedad. Por ello, cuando vino a visitarnos hace unas semanas a Castellón, después de haber estado comiendo, charlando y riéndose tan a gusto con nosotros, le dio de pronto un mareo, nos asustamos todos mucho y lo primero que se nos ocurrió –antes de llamar al médico o a Urgencias– fue de llevarlo a la
Farmacia San Félix 75, una de las pocas farmacias que permanece abierta en Castellón todos los días del año desde las 9.00 de la mañana hasta las 22:00 de la noche.