Hace poco leíamos la noticia de una mujer brasileña que había adelgazado por encima de los treinta kilos y que su marido le había pedido por ello el divorcio. Casi es para tomárselo a risa, de hecho así lo presentaban los medios, como algo curioso. Pero lo cierto es que detrás de los divorcios normalmente las historias que se presentan suelen ser bastante dolorosas. Es por esto que queremos daros unos ciertos consejos para llevarlo lo mejor posible. Y quizás, lo más importante de todo esto, sea empezar por lo principal, contratar un buen abogado especialista en estos procesos, como podría ser el despacho de abogados Agarte.
¿Por qué decimos que lo más importante y lo principal es contratar a un abogado? Pues básicamente para no incurrir en errores que los bufetes, aunque solo sea por la experiencia en otros casos anteriores, nos harán evitar. Y es que muchas parejas, por ejemplo, creen que porque tienen una buena relación todo saldrá bien. Y no es así, debemos ser muy conscientes desde el principio tanto de nuestros derechos como de nuestros deberes para no encontrarnos con sorpresas.
Un buen abogado nos informará de si tenemos que pagar una pensión, recibirla, aportar dinero para la persona que cuida de los niños si los tenemos, quién se encargará del pago de la hipoteca, etc. Esto es muy importante, porque es clave saber en qué situación económica nos vamos a quedar una vez que se haya formalizado el divorcio.
Pero además de por derechos u obligaciones, hay cosas que también podemos hacer para sentirnos mejor una vez hayamos pasado por algo tan traumático como es un divorcio. Por ejemplo, en lugar de quedarnos a vivir en la casa que compartíamos con nuestro cónyuge, sería conveniente vender la misma, repartirse el dinero obtenido y comenzar cada uno en una nueva vivienda, lejos de recuerdos.
Está claro que los recuerdos nunca van a desaparecer de nuestra vida, que no tenemos esa capacidad de borrarlos, pero no es lo mismo estar en un lugar nuevo con tus cosas y pensar en la ropa que te habías puesto tal día especial o los zapatos que llevabas en tu primer aniversario que tener incluso los muebles comprados juntos, lugares de una casa compartidos por ambos, o incluso la jarrita donde ya no está su cepillo de dientes.
Empezar una nueva vida será mucho más sencillo si no tenemos detalles a nuestro alrededor que nos recuerden cada día a la etapa anterior.
Por otro lado, rodearse de la gente que nos quiere es muy importante, y sobre todo si estas personas no nos hablan una y mil veces de la situación ni nos desbordan con consejos dados desde el punto de vista de alguien que se encuentra muy bien y no es capaz de sacar empatía para saber cómo nos sentimos. Simplemente el tener una buena compañía para hacer cosas con las que no demos vueltas a la cabeza, como ver una película, salir a pasear o jugar un partido de tenis, nos ayudará a despejarnos y a no pensar por un tiempo.
Si es posible, estaría bien poder apuntarnos a nuevas actividades y hacer aquellas cosas que antes no podíamos hacer por falta de tiempo o porque no teníamos las energías suficientes. Llevar a cabo esto nos puede aportar momentos de relajación y de tranquilidad, una forma de dejar pasar el tiempo para darnos cuenta de que al cabo de los meses no era tan difícil acostumbrarse a vivir sin la otra persona.
Asimismo, si estas actividades nuevas que hacemos tienen que ver con el ámbito laboral, si nos ayudan a mejorar nuestra cualificación, es posible también establecer unas metas más ambiciosas en el trabajo y que nos harán centrarnos en esto en concreto. Dejaremos de ver el amor para toda la vida como nuestra principal prioridad.