¿Cuál es, a vuestro juicio, la clave del éxito en una empresa? Sería un debate interesante, sin duda, porque habrá una parte de vosotros y vosotras que crea y considere cosas diferentes. Una buena estrategia de publicidad, la identificación de una necesidad social, apostar por un buen precio, la motivación de todos los empleados y empleadas… todas estas cosas tendrían razones más que de sobra para ser defendidas como la clave del desarrollo y crecimiento de una empresa. Hay más, por supuesto. Podríamos estar horas hablando de aspectos elementales como la tecnología, sin ir más lejos.
Además de todo lo que hemos comentado en el primer párrafo, nuestra opinión es que existe un factor que es común denominador en prácticamente todas las empresas que, año a año, cumplen sus objetivos. Hablamos de la formación de los empleados y empleadas. Es un aspecto básico por varios motivos. El primero es que, gracias a esta inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, la persona que trabaja para la empresa va a ser eficiente de una manera mucho más rápida que la que no es formada. Y el segundo tiene que ver con la motivación: alguien que ha sido formado tiene muchas más opciones de sentirse bien con la empresa que si la situación fuera la contraria.
Según una noticia publicada por El País justo antes de la llegada del primer Estado de Alarma por el coronavirus, el 83% de las microempresas españolas no ofrece ningún tipo de formación a las personas que configuran su plantilla. Este es un varapalo tremendo para aspectos como la eficacia y la eficiencia porque está claro que esas personas que se desempeñan en su seno van a ser ineficientes durante un periodo de tiempo que puede llegar a ser muy largo. Y eso, claro, no va acorde a los objetivos del negocio.
Y, hablando de las empresas en general (incluyendo las grandes) el porcentaje de entidades que no forman a sus empleados solo baja al 70% de acuerdo a los datos que maneja Cepyme News. La verdad es que este es un problema sustancial y que puede explicar por qué España es un país que, en determinados sectores, se encuentra tan atrasado con respecto a otros países de similares características que el nuestro y que forman parte del mismo contexto europeo. Es una verdadera lástima que esa sea la realidad a la que nos enfrentamos.
La formación es un aspecto clave en el desarrollo de cualquier tipo de negocio y, si bien en España no hemos sido una referencia en esta materia a lo largo de las décadas, es cierto que estamos empezando a tomarnos en serio este asunto. Hay un dato que lo releva de un modo claro: según Mitre Work Space, el alquiler de salas de reuniones principalmente para llevar a cabo cursos de formación entre empresas se ha triplicado desde el final de la pandemia. Y, aunque existe todavía un amplio abanico de empresas que no apuestan todavía por esto, es cierto que parece que hemos dado un primer paso imprescindible para visibilizar la importancia de la formación en el mundo laboral.
Todo el mundo necesita formación
Suele pensarse, de un modo erróneo, que la formación es algo que única y exclusivamente necesitan las personas jóvenes o que acaban de incorporarse a un nuevo puesto de trabajo. Es cierto que este tipo de personas necesitan irse adaptando de manera progresiva a un nuevo entorno en el que requiere que sean eficientes, pero también las personas que cuentan con experiencia necesitan formación, principalmente porque la sociedad va avanzando y las nuevas tecnologías o maneras de trabajar son nuevas para todo el mundo: para quien acaba de empezar y para quien lleva 30 años en el puesto.
Es importante que las empresas sepan de primera mano todo esto porque sus beneficios y el grado de agilidad en todas sus actividades dependen de esto. La inversión en formación, que es la excusa que muchas entidades ponen para no tener que formar a sus empleados, es muy poca, casi inexistente, en comparación con todos los beneficios y ventajas que se pueden extraer de ella. Lo saben bien en países donde tradicionalmente han apostado por esto: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, los países escandinavos… todos ellos con economías potentes y con altas calidades de vida.
Ojalá que todas las empresas españolas dediquen tiempo y recursos a un aspecto como del que hemos venido hablando. Será un paso de gigante para el trabajo diario que necesiten asumir y para sus posibilidades de desarrollo. La formación es un win-win porque nadie sale perdiendo con ella y porque nos abre puertas que, de otra manera, solo nos vamos a poder encontrar cerradas a cal y canto. Y, tal y como se mueve el mundo de los negocios y empresas en este 2023, es mejor que esas puertas permanezcan lo más abiertas posible.