Hoy en día colocar un implante dental no nos resulta algo extraño, sin embargo, si volvemos la vista atrás no hace tanto tiempo que comenzó lo que se conoce como la “Era de la Implantología moderna”, ocurrió en el año 1982, en Toronto (Canadá), donde el cirujano ortopédico sueco Branemark presentó al mundo odontológico la oseointegración y su implante de titanio en forma de tornillo. Desde aquel momento hasta nuestros días el mundo de la implantología dental se ha desarrollado y crecido en una progresión geométrica, ya que es una excelente alternativa frente a los métodos tradicionales como puentes o dentaduras no fijas y los fracasos ocurren en un pequeño porcentaje.
La cirugía de un implante dental es un procedimiento que reemplaza o sustituye la raíz del diente perdido con un perno de titanio similar a un tornillo y sobre el que va colocado un diente artificial que cumple la función y tiene el mismo aspecto que un diente real. Es la solución perfecta, tanto a nivel estético como funcional para todos aquellos pacientes que han perdido alguna pieza dental y necesitan una solución definitiva. En la Clínica dental David Alfaro en Albacete, su equipo profesional con más de 15 años de experiencia, evalúa, asesora y lleva a cabo los tratamientos dentales necesarios, como el que os estamos comentando, para que todos sus clientes salgan luciendo la mejor de sus sonrisas sin tener que avergonzarse por llevar un implante dental.
España se ha convertido en uno de los lugares del mundo en el que se colocan más implantes dentales por habitante, unos 800.000 por año, según el informe Millenium Report del año 2017, lo que nos convierte en uno de los países líderes del ranking mundial, tanto clínica como científicamente, superados solamente por Corea.
Antes de colocar un implante dental, para prevenir el riesgo de fracaso, se debe tener en cuenta que si se coloca un implante en una boca enferma el implante enferma, por lo que el profesional antes de la cirugía debe controlar y tratar las infecciones locales, tanto de las enfermedades periodontales, como de las endodónticas, de las mucosas, etc. así como instruir al paciente a fin de que realice una buena higiene oral y aconsejarle para que evite determinados hábitos desaconsejables como el tabaco, ya que según estudios realizados aumenta por tres las probabilidades de que fracase el implante.
¿Cuáles son las ventajas de los implantes dentales?
- Es una opción segura, pues la prótesis va unida al hueso y no a otros dientes, por lo que tampoco les ocasiona ningún tipo de daño.
- Es una solución a largo plazo, pues es permanente y duradera.
- Sus dientes o coronas ofrecen un aspecto natural, se puede elegir el tono de la pieza para que sea similar a los dientes naturales, por lo que es una buena solución estética.
- En la inmensa mayoría de los casos el implante se coloca con anestesia local.
- La tasa de aceptación es superior al 90% con una duración comprendida como término medio en 20 – 30 años, siendo la tasa de fracasos entre un 5 y un 10%.
- El hueso está sometido a una fuerza similar al masticar a la que ejercen los dientes naturales, con lo que se conserva su función evitando la pérdida de hueso y conservando su forma biológica.
- Es cómodo y fijo, lo que permite mejorar la calidad de vida de los pacientes, frente a las dentaduras no fijas.
- La higiene bucodental es similar a la que necesitan los demás dientes.
- Aunque en principio, por su elevado coste nos resulte la opción menos económica, por su capacidad de durar muchos años, a la larga es una opción muy rentable.
- En ningún momento del procedimiento se deberá sentir dolor ni molestias, incluso el postoperatorio tiene menos incomodidades que otras intervenciones más comunes.
¿Cuándo está contraindicado o no recomendado un implante dental?
Como todo en esta vida, no todas las partes son buenas, por ello, en ocasiones están contraindicados este tipo de implantes, siendo las causas más comunes:
- Pacientes con mala higiene bucal, pues las bacterias podrían dañar el implante.
- Enfermedad periodontal no tratada.
- Diabéticos no controlados, ya que podrían tener problemas de cicatrización.
- Personas con problemas de coagulación de sangre no controladas, lo que podría ocasionar un riesgo de hemorragia.
- Pacientes inmunodeprimidos, personas tratadas con quimioterapia o radioterapia, drogadictos, alcohólicos…
- Pacientes embarazadas. Se deberá esperar a que finalice el embarazo.