Parece que la situación del ladrillo vuelve a empezar a estancarse. Los expertos aseguran que no tendrá nada que ver con lo que pasó hace años, de hecho podemos decir que la ralentización de la compra-venta de inmuebles es más una especie de estancamiento que de retroceso, o lo que es lo mismo: que el mercado se sigue moviendo pero ha dejado de crecer tanto como lo estaba haciendo hasta la fecha. Pero ¿por qué?
Sin ser experto en el tema, ni pretender serlo, solo hay que ver algunas noticias en telediarios y periódicos para ver qué está pasando. Por un lado los alquileres empezaron a subir como la espuma hasta el punto actual, un estado en el que muchas familias no pueden permitirse un contrato de alquiler a pesar de tener una nómina fija mensual porque los propietarios piden fianzas de cuatro meses por adelantado, avales y demás. Eso lo único que provoca es que sean unos pocos los que consiguen acceder a este mercado, algo que lleva pasando ya varios años. Por eso, quienes no conseguían acceder a esos altos alquileres, acabaron viendo que les salía más rentable pagar una letra de hipoteca de 600 euros al mes porque, al final, la vivienda acabaría siendo suya mientras que con los alquileres (que algunos ya rondaban los 800 euros mes en localizaciones más o menos de clase media) acabarían pagando mes para acabar quedándose por nada.
Esto hizo que muchas personas empezaran a acceder al mercado inmobiliario, tanto de obra nueva como de segunda mano, y se empezó a mover muchísimo dinero. Poco después, el sector se dio cuenta de que todo se estaba agilizando y cuando vieron que tenían oportunidad, empezaron a subir también el precio de compra de inmuebles. Pero ¿quién no lo habría hecho? Al final el empresario lo que ve es que si algo tiene demanda, y se vende, es mejor sacarle el mayor beneficio posible. Así que, del mismo modo en el que lo hicieron los alquileres, empezaron a subir también los precios de venta de inmuebles y, por supuesto, las hipotecas.
Por otro lado se pusieron de moda los pisos turísticos. Los propietarios se dieron cuenta de que en lugar de ganar 550 euros al mes durante doce meses, lo que vendría a significar un ingreso de unos 7 o 8 mil euros anuales, podían alquilar sus viviendas vacías a turistas por semanas o quincenas a un precio mucho más elevado, llegando a hablar de una media de unos 800 euros a la semana. ¿Notáis la diferencia de ingresos?
¿Y qué pasó con todo esto al final? Pues que mientras que los pisos subían de precio para compra-venta, los alquileres también lo hacían y se estaba creando otra especie de burbuja que, aunque diferente, podría haber explotado de igual modo.
Conclusión
Todo esto me lleva al punto en el que estamos ahora mismo: alquileres altos y mercado de compra-venta inmobiliario estancado. ¡Vamos! Lo normal. ¿Y quién ha salido ganando en todo esto? Las empresas de reformas, y me explico.
Mientras que antes, quien vivía en un piso antiguo o lo heredaba, pensaba en la posibilidad de venderlo, ahora lo más beneficioso es reformarlo, dejarlo moderno y con todas las comodidades para vivir en él directamente o alquilarlo a un precio mensual elevado.
En Arca SL, empresa de reformas integrales en Burgos, nos han confirmado que a día de hoy tienen muchísimos más proyectos en marcha de renovaciones de viviendas antiguas que antes, y en muchos casos ya saben a ciencia cierta que son reformas que hace el propietario para alquilar después el piso.
Imagino que es por esto por lo que bancos como el Sabadell se quieren subir a la cresta de la ola y han sacado una especie de financiación especial para que las empresas de construcción y reformas ofrezcan a sus clientes. Se trata de una financiación a medida en el punto de venta, para que estas empresas de profesionales de las reformas puedan ofrecer a sus clientes esta modalidad de pago a través de su móvil.
Joaquín Subirá, subdirector general de Sabadell Consumer Finance, ha destacado que “la colaboración de la banca y las ‘start-ups’ es imprescindible en el camino de la innovación y la banca abierta, así como para poder ampliar la distribución de la oferta financiera. Gracias a nuestra implementación tecnológica con Nemuru, estamos aún más preparados para ofrecer productos en plataformas de terceros, proporcionando así un mayor y mejor acceso al cliente”.
En otras palabras: han visto donde se mueve el dinero y quieren subirse al carro.
Al final, lo que importa, es que todo el mundo debería tener acceso a una vivienda digna, del mismo modo que el propietario tiene derecho a alquilar o vender su vivienda como le dé la gana y, en ocasiones, ambos derechos se contraponen por lo que, en mi humilde opinión, hace falta un órgano estatal que regule este tema, pero ya.