Cuando pienso en la forma en que me educaron mis padres me doy cuenta de lo mucho que han cambiado las cosas, no es que todo haya cambiado para mejor, pero, nos encontramos en la sociedad de la información, en una nueva realidad globalizada donde es más difícil ocultar o sobreproteger a nuestros hijos.
Los que tenemos hijos adolescentes podemos encontrar exactamente los mismos problemas que las generaciones anteriores, pero, puede que tengamos más herramientas a nuestro favor, eso, y una realidad social muy diferente y alejada de una dictadura que socavo la transparencia y la comunicación a favor de una censura generalizada de muchos temas.
Si algo tengo claro como madre es que cuanto mayor ejercicio realice de diálogo y comunicación con mis hijos, mucho mejor para nuestra relación.
Recordaba lo mucho que les costaba a mis padres hablarme de sexo cuando llegué a la adolescencia, y es que, por no pasar el trago, ni siquiera tuvimos “la charla”, que así le llamaban.
En los tiempos que corren hay, por lo general, mucha más naturalidad en cuanto a estos temas y, si bien, puede resultar difícil la forma de ver el sexo y las relaciones cambia, y esto también es resultado de vivir en una sociedad más democrática y donde es posible ejercer la libertad de expresión.
Fui adolescente en los 80, y no me cabe duda de que muchos problemas relacionados con las enfermedades de transmisión sexual se podrían haber reducido gracias a una buena comunicación y prevención.
Ahora que me llega a mí el testigo generacional y me toca tener “la charla”, todo me resulta diferente, mucho más natural.
Creo que la mejor forma de educar está en el diálogo abierto y la escucha, así es como trato de hacerlo con mis hijos. Eso y darles toda la información posible para prevenir este tipo de infecciones, ya que vivimos en los tiempos de la información y la información es poder.
Qué debemos saber para prevenir Infecciones de Transmisión Sexual
Excepto por los resfriados y la gripe, las infecciones de transmisión sexual son las infecciones contagiosas más comunes.
Es cierto que algunas de estas enfermedades pueden tratarse y curarse, pero no es el mismo caso para todas, por ello siempre les recuerdo a mis hijos que la prevención es la clave.
Y es que los adolescentes conforman el grupo de edad con mayor riesgo de contraer este tipo de infecciones dado su estilo de vida.
Por ello, les recomiendo que conozcan bien a sus parejas sexuales y limiten el número de parejas que tengan.
De hecho, conocer el historial de la pareja sexual es tan importante como conocer el nuestro. Por otra parte, está claro que cuantas más parejas tengamos, más probabilidades habrá de contraer una infección de transmisión sexual.
En cualquier caso, una de las claves es usar condones, con ello se reducen las probabilidades de contraer la infección. Recuerdo que la primera vez que tuve “la charla” con mi hijo todo fue muy natural y a modo de guiño hice una compra online de preservativos a granel en Comercialpra, una tienda online especializada en artículos eróticos e higiénicos, la verdad es que le pareció una idea muy divertida y me lo agradeció enormemente.
Me confirmó que, al principio, tenía algo de vergüenza en preguntarme pero que necesitaba que alguien le orientara un poco y se sintió muy aliviado cuando vio con cuanta naturalidad había abordado el tema con él.
También le recordé que, aunque el preservativo es clave en la prevención de este tipo de infecciones, también debe evitar los actos sexuales arriesgados que desgarren o rompan la piel ya que conllevan un gran riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual.
De hecho, incluso las cortaduras pequeñas que no sangran permiten la entrada y salida de gérmenes.
El sexo oral también conlleva un gran riesgo, ya que los tejidos del recto se desgarran con facilidad y los líquidos corporales también pueden transmitir infecciones de transmisión sexual.
Otra de las cosas que le apunté para hacer fue la de vacunarse, ya que de ese modo se pueden prevenir enfermedades como la Hepatitis B y el VPH.
Mi hijo no dejó de repetirme lo útil que era para él toda esta información, ya que antes apenas era consciente de todos los riesgos e infecciones que podía padecer si llevaba relaciones sexuales poco seguras.
Está claro que, para la salud de nuestros hijos adolescentes a veces, una buena conversación a tiempo puede ayudar mejor que toda la medicina del mundo.