Una vez oí una frase que me quedó grabada en la mente: “La mejor manera de pasar el domingo es con un buen libro en un buen sofá”, y cuánta razón tiene, un buen libro y un buen sofá siempre forman una combinación perfecta. Pero dado que un sofá normalmente es una pieza que compramos pensando en que nos va a durar bastantes años, antes de decidirnos por un determinado modelo debemos valorar algunos puntos concretos. Por este motivo, a lo largo de las próximas líneas os mostraremos cuáles son los requisitos que debe cumplir un sofá para llegar a convertirse en el sofá ideal:
- En primer lugar, debemos interesarnos por el tipo de material interno con el que está realizado el sofá. Para garantizar su estabilidad con el paso del tiempo y que no se deteriore su amortiguamiento, un buen sofá debe tener una buena base para que no se deforme y que al mismo tiempo nos proporcione un buen mullido y una gran comodidad, por lo que es indispensable que su relleno cuente como mínimo con una espuma de 30 kilogramos por metro cúbico de densidad en los asientos. En cuanto al respaldo si lo que se busca es firmeza, se recomienda la espuma o el visco, ahora bien, si lo que se busca es un respaldo más suave, actualmente también son muy recomendables otros materiales como la fibra hueca o el copo-látex. El relleno de plumas de oca o pato nos aporta confortabilidad, aunque necesita ahuecarse cada vez que se usa pues pierde la forma. En una combinación de plumas con espuma, las plumas aportan confort y acolchado mientras que la espuma aporta el soporte necesario al asiento.
- En la inmensa mayoría de los sofás su estructura está realizada en madera. La de pino, si es de calidad, es una excelente opción ya que es ligera y resistente.
- Al sentarnos debemos tener en cuenta que las caderas nunca deben quedar más hundidas que nuestras rodillas, de este modo no nos costará tanto levantarnos.
- En cuanto a su exterior, es aconsejable que el sofá tenga los cantos redondeados para evitar cualquier tipo de golpe o brecha ante una eventual caída o accidente doméstico.
- Al sentarnos también debemos tener en cuenta que nuestra espalda se debe apoyar bien en el respaldo, teniendo los riñones protegidos para evitar que el cuerpo se resbale. Los pies deben apoyar en el suelo sin dificultad, por lo que no deben quedar colgando. Unas medidas orientativas serían para la profundidad del asiento, entre 65 y 75 cm., dependiendo de la estatura de la persona que vaya a utilizar el sofá, y para el respaldo lo aconsejable sería entre 80 y 90 cm.
- El reposabrazos es un punto interesante. Su altura estándar sería entre 15 y 20 cm, ahora bien, si estamos pensando en tumbarnos y utilizarlos a modo de almohada debemos fijarnos que sean blandos y cómodos, puesto que de lo contrario lo único que conseguiremos es acabar con torticolis.
- Importantísimo es pensar en el lugar, esto es, en el espacio que disponemos para la colocación del sofá, pues a veces se nos olvida que el tamaño del sofá va a depender del espacio que tengamos. Para que un salón sea práctico debemos poder caminar por él sin que nada nos estorbe, para ello podemos optar por un sofá a medida, lo cual nos evitará problemas de tamaños. Así que si vosotros optáis por esta opción, la más interesante, nosotros os recomendamos que os pongáis en contacto con Tua Casa, puesto que esta empresa de está especializada en el mueble a medida y trabaja con las mejores firmas nacionales e internacionales, ofreciendo siempre la mejor calidad y el mejor precio del mercado.
- La tapicería y el tipo de tela. Normalmente es lo primero que nos llama la atención y será también el toque final de nuestro salón, porque la tela es la que marca el estilo de la estancia. Podemos escoger un sofá con un acabado muy especial para darle personalidad al salón, como puede ser en piel, en lino… o acabados más versátiles para dar cabida a toda la familia, incluidos los niños, como son la microfibra, el terciopelo, el poliéster, algodón, etc.
Cada casa tiene una personalidad única
Cada casa tiene su propia personalidad y también su propio olor característico, por lo que si quieres que su recuerdo deje una huella en tus invitados te proponemos algunos sencillos trucos como:
- Utiliza velas perfumadas o un ambientador tipo mikado. Los hay en multitud de fragancias disponibles para que puedas elegir la que te resulte más agradable.
- Aceite esencial. Diluyendo en una botella con rociador unas cuantas gotas de aceite en agua y pulverizando podrás conseguir un ambientador perfecto.
- Agregar vinagre con unas hojas de menta en un cuenco de agua nos ayudará a la absorción de los olores de la cocina.