Ser el propietario de un vehículo conlleva una serie de ventajas pero también otra serie no menos importante de obligaciones. La facilidad en el transporte contrasta en este caso con la gran cantidad de cuidados que le debemos al vehículo para que se conserve el máximo número de años posible y podamos así rentabilizarlo. Conseguirlo no es en absoluto sencillo.
Por los motivos que sean, en ocasiones nos vemos obligados a dejar nuestros vehículos en manos de otros. Aunque la situación más común es la de confiar en nuestros allegados, existen situaciones en las que lo mejor es confiar en actores externos. Una de ellas se da cuando tenemos la necesidad de trasladar el vehículo (que no a nosotros mismos) a otra zona de la Península.
El próximo mes de julio se cumplirá el primer aniversario de mi ascenso a la Dirección de la empresa en la que trabajo, la cual está dedicada a la distribución de bebidas para bares y restaurantes en varias zonas de España, como las provincias de Barcelona, Tarragona, Madrid o Toledo, entre otras. Este trabajo implica la utilización de varios vehículos. Vehículos que suelen sufrir, de vez en cuando, algún tipo de percance.
Percance como el ocurrió poco antes de que llegara la Navidad, una de las épocas más críticas para nosotros debido a la gran distribución de todo tipo de bebidas para locales de ambiente. Una de las pequeñas camionetas que utilizábamos para desempeñar nuestra labor en la provincia de Barcelona se acababa de averiar y ponía en peligro todos los planes que teníamos pensados para afrontar aquellos días.
Teníamos que reaccionar con toda la agilidad que nos fuera posible. El tiempo se echaba encima y la única opción real que teníamos de combatir el problema era enviando una de nuestras camionetas de Madrid a Barcelona. La gran cantidad de trabajo que teníamos en la capital impedía que el vehículo fuera trasladado por uno de los trabajadores de la compañía. Definitivamente, tendríamos que confiar en una empresa de transportes.
Decidimos obtener información a través de Internet. Creíamos que era el medio más rápido para tener una visión global de todas las empresas que nos podían ayudar, y lo cierto es que dimos con la tecla. Descubrimos una empresa llamada Transportes Cars, que nos ofrecía un transporte del vehículo muy rápido y a un precio adecuado a nuestras posibilidades a juzgar por lo que se desprendía de su página web.
Les comentamos el caso a los profesionales de la compañía y sus palabras nos tranquilizaron una barbaridad. Nos prometieron que se harían cargo del transporte de la camioneta y que lo llevarían a cabo en apenas un par de días. Se trataba sin dudas de la mejor solución para aquel caso. El arreglo perfecto para que pudiéramos trabajar con normalidad de cara a las fechas tan importantes que se avecinaban.
Salvando los muebles
Las promesas se convirtieron en realidades y, tal y como nos dijeron, la camioneta estuvo lista en la Ciudad Condal tan solo un par de días después. Y en perfecto estado. Recibimos la llamada de agradecimiento de nuestro equipo de Barcelona antes incluso de lo que nos esperábamos. Una total garantía de que desde Transportes Cars habían realizado correctamente su trabajo y que por tanto nosotros podíamos realizar el nuestro con normalidad.
Contactar con aquella empresa nos supuso una buena nómina de beneficios. Gracias a sus servicios pudimos completar la distribución de los pedidos sin la más mínima dificultad y cobrar una buena cantidad de dinero de parte de nuestros clientes, los cuales no nos hubieran perdonado un plantón justo antes del periodo navideño.
Lo mejor de todo es que cuando volvamos a tener un problema con alguna de las camionetas sabremos qué debemos hacer sin la necesidad de preocuparnos. Solo por eso ya merece la pena haber dado con un servicio de transportes como del que nos hemos beneficiado.