Parece que ya estamos despegando de la crisis económica que hemos sufrido durante estos últimos años Y todo indica que las ventas van a aumentar en este dos mil diecisiete. Así lo indica, por ejemplo, los buenos datos de desempleo que se publican todos los meses, y que baten records una y otra vez.
Pero la realidad es que existen empresas y particulares que debido a unos motivos u otros se ven en situaciones, cuanto menos complejas y complicadas, de números rojos. Es decir, cuando los pasivos superan los activos, o más simplemente dicho, cuando los gastos superan los ingresos.
Estas situaciones no tienen por qué ser por una mala gestión del flujo de ingresos y gastos. Pueden darse muchos factores que desemboquen en números rojos. Y a pesar de lo que se pueda pensar, esta información es útil tanto como el consumidor como para el empresario, ya que los principios empresariales en los que se basa la información son compatibles con la economía doméstica.
Los motivos por los cuales ingresamos en números rojos son varios. Por un lado, tenemos los problemas organizativos, que surgen cuando los gastos incontrolados en organización superan lo que se ha presupuestado. Por otro lado, tenemos los gastos inesperados, que son aquellos que se derivan de situaciones no planeadas, como por ejemplo una factura inesperada. Y por último tenemos los gastos derivados de inversiones que no han tenido éxitos (es un gasto porque el dinero no se puede recuperar, o se recupera menos).
Llegados a este extremo hay que preguntarse cuáles son las causas y porqué han surgido. A continuación, deberemos diseñar un plan financiero en el que se determine exactamente el flujo de ingresos y gastos, lo más detallado posible (año, mes, semana y día). Para ello utilizaremos como base los contratos que tenemos a favor y en contra, así como los datos obtenidos anteriormente, y previsiones de venta. Aconsejamos que una vez metidos en el mismo, el realismo influya lo más posible para dar datos realistas.
Una vez hecha la planificación, y teniendo en la mano datos reales y fiables a los que atenernos, debemos poner en macha medidas de contención para poder pasar el mal trago económico. Para ello existen varias posibilidades a realizar. Estas irán dirigidas a gestionar la capacidad de solvencia de la empresa.
Valora las diferentes posibilidades
Vamos a hablar de cinco posibilidades, que alguno que otro ya conoceréis, en concreto: ampliar el capital, pedir un crédito, solicitar un descuento comercial, retrasar pagos y liquidar activos fijos. Estas posibilidades no tienen que ser excluyentes las una de las otras, pueden ser complementarias.
En primer lugar, la ampliación de capital sirve para poder darle un soplo de aire fresco a la caja. Podemos traer nuevos socios a la empresa, lo que puede ser difícil si detrás no hay un proyecto. Y también podemos poner dinero de nuestros ahorros. El inconveniente está en el riesgo de perder la empresa.
Es segundo lugar, pedir un crédito al banco es una posibilidad cuando la situación está complicada. Puede ser difícil, ya que los bancos suelen confiar más en las grandes empresas que en las pequeñas que no están consolidadas en el mercado. Para contratar un crédito conviene tener cerca a un buen asesor en financiera que nos asesore.
La cuarta acción consiste en retrasar pagos, hay proveedores que aceptan prórrogas a 60 o 90 días, pero esta alternativa solo es recomendable en situaciones límites, porque se perjudica la gestión de caja de los proveedores, generando una mala imagen. Es mejor solicitar descuentos comerciales, la cuarta opción, en los que la empresa de factoring te adelanta el dinero de una factura a tu favor a cambio de una comisión.
Por último, está la liquidación de activos, aunque a precios más bajos, conviene promover las ventas de las existencias, y disminuir gastos innecesarios, así como retrasar inversiones. Tener cerca a empresas como Liquistocks una empresa experta en liquidaciones de stocks al por mayor, que facilitará mucho la venta de grandes cantidades de productos, generando una entrada de dinero en la caja de la empresa.
Por último, es importante tener un buen colchón de seguridad antes de abrir una empresa para para gastos inesperados.