Hay cientos de empresas familiares que trabajan mejor y más económico que las grandes empresas multinacionales. Pensemos por ejemplo en fontaneros, electricistas, albañiles y demás trabajadores del sector de las reformas que, no sólo son fantásticos profesionales sino que además consiguen mucho mejor material a mejor precio que las grandes empresas. El motivo es sencillo: se preocupan por el cliente.
Las empresas de gran tamaño suelen tener uno o dos proveedores que les dan todo el material necesario para realizar su trabajo a cambio de contratos, tarifas planas al año, o subcontratas. De este modo siempre reciben el mismo tipo de material, y si quieren economizar acaban muriendo en la gama más básica de la línea de productos de dicha empresa.
Sin embargo, la pequeña empresa, la empresa familiar, tiene como prioridad hacer un trabajo maravilloso para que su cliente quede satisfecho y ocurran dos cosas a continuación: por un lado que los vuelvan a llamar a ellos en futuras ocasiones, y por otro que los recomienden a amigos y familiares consiguiendo así nuevos clientes. Por ello, este tipo de profesionales son capaces de recorrerse almacenes y mayoristas de toda la provincia en la que residan en busca y captura del mejor material al mejor precio. Pero ¿Qué es lo que falla en todas estas empresas, o en la mayoría? ¿Calidad en el trabajo, resultados de diseño… qué? Nada de eso, lo que falla siempre es la imagen.
Cada empleo tiene un código de vestimenta
Seamos sinceros, nadie se espera ver llegar al albañil de la reforma en traje, corbata y maletín, pero tampoco queremos ver a un hombre con camiseta blanca llena de polvo, unos pantalones vaqueros que se le caen enseñando “la hucha” al agacharse y unas zapatillas que podrían salir andando. Las grandes empresas llevan a sus empleados uniformados y eso provoca que la imagen de presentación al nuevo cliente sea totalmente satisfactoria.
Hay cientos de empresas que pueden proveer al pequeño empresario de monos, camisetas, pantalones y zapatillas de uso laboral con precios competitivos así que… ¿por qué no los usan? En mi opinión simplemente es falta de costumbre. Sregalo cuenta con una gran gama de ropa laboral Roly (una de las mejores marcas del mercado) a precios bastante económicos, lo que posibilita que los pequeños empresarios puedan hacerse con un uniforme acorde a su trabajo.
Ver llegar a un pintor, electricista o fontanero vestido de forma adecuada ya provoca que el cliente vea llegar a un profesional de tomo y lomo, algo que posteriormente corroborará, o no, dependiendo del resultado de su trabajo y de la atención que reciba por parte del mismo. Además, según algunos expertos, el atuendo del empleado influye en la productividad de la empresa. Parece obvio, pero no todos somos conscientes de lo importante que es tener una correcta manera de vestir y, por eso, toda empresa debería tener su propio código de vestimenta, lo que no significa imponer reglas ridículas a empleados, hombres o mujeres, sino llegar a un consenso para que todos vistan de un modo adecuado. Para evitar problemas, cuando sea posible, lo mejor es optar por el uniforme igualitario para ambos sexos y todos los empleados.