Hoy en día, no resulta raro encender la televisión y encontrarte tres o cuatro programas diferentes sobre la redecoración completa de una casa. De hecho, la televisión se concentra, más que nada, en programas de decoraciones, de cocina y de deportes.
Y es que el mundo de la decoración, el mundo culinario y el mundo deportivo es, sin lugar a dudas, los tres ámbitos que más nos interesa, sin lugar a dudas. Pero la cosa no acaba ahí, porque, por si no te has dado cuenta, dos de esos mundos (¡o incluso los tres!) están íntimamente relacionados y coexisten en perfecta armonía.
El deporte y la comida, dos mundos que fácilmente se unen
Basta con mirar esos divertidos programas americanos para darte cuenta de lo que voy a hablar a continuación: es absolutamente innegable que el mundo deportivo y el mundo de la comida están relacionados.
¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando alguien acude a un partido de fútbol, por ejemplo? ¿Acaso no es lo más normal del mundo encontrarnos a una persona entre las gradas que venda palomitas o perritos calientes?
No tiene ni por qué ser en España: si enciendes la televisión y te pones a ver un partido de baloncesto o de beisbol, de inmediato vas a poder ver a esas personas entre las gradas vendiéndoles comida a todos los espectadores que puedan.
De hecho, la cocina es lo que más sale en este tipo de programas
Porque, seamos sinceros: ¿quién no querría tener esas enormes cocinas que salen en estos programas, con una isla flotante en el centro y esos muebles tan vistosos?
Desde Sinexia – Servicios de construcción nos explican que una de las cosas más demandadas por los clientes de todas las partes del mundo es una modernización de una cocina que ellos consideran obsoleta, y que el 50% de su trabajo, además de reformas completas, es adaptar la cocina a los gustos de sus clientes.
El ser humano es, en origen, alguien que no puede estarse quieto, pero la sociedad nos ha acostumbrado a quedarnos en el sofá sin hacer nada esas horas muertas libres que no estamos en el trabajo. Ya sea por cansancio, apatía o falta de ganas, la realidad es que, esos momentos que podemos aprovechar para hacer algo productivo, las pasamos tirados en el sofá o en la cama, y eso nos parece lo mejor del mundo.
Pero ¿qué pasaría si dieras un paso al frente y decidieras hacer otra cosa? Un cambio en tu casa, por ejemplo. Más específicamente, en la cocina.
Cocina tradicional VS cocina moderna
Aquí entra mucho en juego tu percepción y tus gustos. Porque, quizás, lo que para mí es moderno y precioso, para ti no resulta más que una incomodidad. Esto es así porque el libro sobre los gustos es infinito, y, a pesar de que lo que para mí signifique ir a la última es lo más, para ti no tiene por qué ser lo mismo que para mí.
¿Qué opina la gente? Vamos a verlo:
- Cocina tradicional
Es aquella que no ha pasado a los nuevos tiempos y, por lo tanto, encuentras un habitáculo con fogones de gas (de esos que, si no va bien el encendedor, tienes que usar mechero y tratar de no quemarte las manos), sin lavavajillas, con unos cuantos muebles antiguos y con un extractor de humo.
Son aquellas que se quedan tal y como te encuentras al alquilar una casa que tiene quince o veinte años ya, de esas que necesitan una reforma en varias partes de la vivienda. Y, dado que no se ha tocado nada en años, la cocina está adaptada a esos años en la que se construyó. Por lo tanto, se ha quedado antiguada.
El mayor inconveniente de este tipo de cocina es que no se adapta a los nuevos cambios y, en consecuencia, puede hacerte gastar dinero. Porque, mientras que una persona solo gasta en luz y agua, una cocina de gas tiene, además, que adquirir butano para funcionar. Y esto ya es un gasto extra con el que no se había contado.
¡Pero no es lo único! Las cocinas de gas tienen que estar muy bien controladas, porque pueden llegar a ser muy peligrosas. Por ejemplo, una de las cosas que tienes que asegurarte es de que la goma que va de la bombona de butano al conector no esté caducada, que es algo que muy pocos saben. Cuando llegué a mi primera casa, descubrí que tenía cocina de gas… y que esta goma llevaba cuatro años caducada. ¿Sabes el peligro que esto supone para ti? Las explosiones de gas no son una tontería.
Soy de las que piensa que una cocina de gas está anticuada NO porque sea fea, no porque sea improductiva… sino por lo peligrosa que puede llegar a ser. Por ello, cada vez que he ido a alquilar una casa tras esto y he visto una cocina de gas, he dado un paso atrás.
- Cocina moderna
Por supuesto, entramos en años más avanzados, porque son aquellas que te vas a encontrar en casas de nueva construcción, o en casas que hayan sido correctamente restauradas y adaptadas. De nuevo, invito a no pensar en la utilidad… sino en la peligrosidad que esto conlleva para nuestra vida.
Una cocina eléctrica solo va a tener un problema: que te dejes el fuego encendido. Pero no conlleva el mismo peligro que una cocina de gas, que puede sufrir un accidente por múltiples motivos.
Por supuesto, también puede interesarte modernizar tu cocina porque deseas tener una isla en el centro con la que impresionar a tus invitados. Cuando se trata de gustos, tú eres quien manda. Y, si deseas una cocina eléctrica, con una isla y una pequeña bodega, solo has de contactar con un profesional y darle vida a todo lo que guardas dentro.
Cocina mejor equipada NO ha de traducirse con comer MÁS. Esto es un error
Basta con encender la tele para ver un programa cualquiera para poner en nuestras manos un paquete de pipas o de patatas fritas. Basta con estar completamente aburridos para sentir esa hambre extraña que nos asalta cuando no tenemos nada que hacer.
Y es que, por si no lo sabes, el aburrimiento puede liberar unos neurotransmisores llamados dopamina, que son los encargados de regular la conducta motivadora. Es decir, gracias a este neurotransmisor vamos a sentir que tenemos una vida plena y que estamos haciendo lo que debemos hacer, por lo que el aburrimiento y, en consecuencia, el hambre, no tendrían ninguna razón para existir en nuestro interior.
¿Qué sucede? Que esto es más habitual de lo que te imaginas… y más peligroso de lo que piensas. Porque ¿qué ocurre cuando un cuerpo come constantemente, a pesar de que no tenga hambre? ¿Sabes que el estómago es como un chicle, y que, según lo trates y cuánto comas, este puede creer de tamaño y, llegados un momento, un simple plato de potaje puede no ser suficiente para calmar tu apetito?
El estómago funciona exactamente igual que los diferentes órganos de nuestro cuerpo, y basta con que hagamos un mal uso de él para que empecemos a tener serios problemas de salud. Por ello, hay que tener en cuenta que comer por aburrimiento puede llegar a ser una práctica bastante peligrosa. Por ello, vamos a recomendarte que mires en tu interior y trates de diferenciar si tienes hambre o si, tan solo, estás aburrido.
Problemas de salud por comer de más
Comer de más no solo ocurre viendo la tele, sino que es algo que se traspasa incluso a los momentos en los que sales con los amigos y no tenéis nada que hacer. O a esas horas muertas en casa en la que descansas y, sin siquiera pensar, empiezas a comer por simplemente estar haciendo algo.
Pero no te imaginas lo peligroso que puede llegar a ser esto. ¿Sabes que, actualmente, el 19% de los españoles se han puesto a dieta? La mayoría de ellos se verá con un cuerpo que no les gusta, pero esto ocurre, en su mayoría, por esas horas muertas que metemos comida a nuestro cuerpo, en lugar de salir a hacer algo productivo.
¿Quieres saber las consecuencias de comer de más?
- Pérdida de control ante alimentos. Evidentemente, si comes por comer, llegará un momento en el que NO puedas detenerte. Ten cuidado, comer por comer también puede convertirse en una adicción.
- Aislamiento social. La vergüenza puede llevarte a hacer muchas tonterías, y aislarte de los demás por la vergüenza de tus actos es una de ellas. No te martirices y, si crees que necesitas ayuda para salir de esta… pídela.
- Mayor ansiedad. Necesitar cada vez más comida puede generarte un estado de ansiedad, sobre todo si no la consigues. Y esto puede derivar en…
- Estado de angustia o sufrimiento. Porque cuando sabes que algo está mal pero no puedes evitar hacerlo, nos angustiamos y sufrimos en consecuencia. No debemos martirizarnos por lo que nos pasa, hay que recordar que no estás solo. Acude a un psicólogo y cuéntale tu problema con la mayor confianza.
- Alteración constante en el estado de ánimo. Al comer en exceso (u obligarse a no comer) podemos entrar en un estado de apatía y euforia constantes, un cambio anímico intenso que no sabemos de dónde viene… pero que, ya te digo yo, viene del estrés de la comida.
Esto son solo unos pocos de todos los problemas que puedes llegar a tener. Usa la cabeza. Ya tengas una cocina tradicional o moderna, recuerda que lo importante no es su apariencia ni la cantidad de comida que puedas llegar a consumir… sino que te sientas a gusto y sea una herramienta para ti, no una sumisión.