Hay una disciplina que se llama cromoterapia. Aunque para algunos les suene a chino, es una ciencia que nos enseña cómo los colores afectan a nuestras emociones y cómo podemos ganar armonía decorando cada estancia con los colores adecuados. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría pintar un hospital de rojo, ya que es un color de pasión, tensión, que no sería adecuado para los pacientes.
De ahí que la importancia de pintar en casa con colores adecuados sea esencial para nuestro estado de ánimo.
- Así, en la cocina, colores naranjas y amarillos, incluso toques de rojo, abren el apetito. También los colores provenzales que son versiones suaves de los primarios rojo, verde y azul son adecuados para este lugar.
- El comedor, como es una estancia que suele integrarse al salón o a la cocina, deberá coordinar su color con el de dichas estancias.
- En el baño deben predominar los colores que aporten amplitud y claridad como beiges, vainillas, celestes o verdes agua. También los azules más intensos, que crean un clima acogedor y relajado.
- En el despacho debe reinar la tranquilidad para poder concentrarse, de ahí que los colores más aconsejables sean los tonos fríos como el verde o el azul, los neutros y el gris, que aporta equilibrio y estimula el intelecto. También el amarillo y el naranja aumentan la concentración y la actividad mental.
- El dormitorio es para dormir y descansar, por lo tanto serán colores relajantes. Los colores más recomendables para pintarlo sean los fríos, como azules, verdes o violetas. También los grises y los marrones no demasiado oscuro. Para los niños, los tonos pastel.
Eso sí, de nada sirve saber elegir los colores adecuados para cada lugar, si posteriormente el pintor te hace una chapuza. Por eso, hay que confiar en profesionales, una empresa líder en su sector es Mi Pintor. Además, ellos también conocen la famosa cromoterapia y te asesorarán de la mejor manera a la hora de darle al rodillo.
Hasta donde llega la importancia de los colores que ya se ha demostrado que son capaces incluso de variar nuestra temperatura corporal: un ambiente decorado con colores fríos como azul, índigo, violeta y verde puede bajar nuestra temperatura y uno con colores cálidos como rojo, naranja o amarillo, subirla.