Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha querido dejar constancia de su vida, sus momentos. Todo empezó con dibujos en cuevas cuando apenas la humanidad existía, pero la evolución por fijar el momento y el instante culminó con el nacimiento de la fotografía. Lo que empezó como una revolución tecnología ahora se considera arte, y sus aplicaciones son tan variadas que van desde la divulgación, la información, la educación hasta la estética propiamente dicha. Desde un paisaje a un rostro, una fotografía simplemente congela en el tiempo algo que sucede o que existe o existió.
Por eso la profesionalización del fotógrafo ha sido un éxito: desde bodas a la inmortalización de la más tierna infancia, expertos de la imagen como Luis Oliva mejoran día a día para que sus clientes se queden con una imagen que les servirá para recordar toda la vida.
En este caso, Luis Oliva trabaja incansablemente en multitud de ramas: desde editoriales profesionales de moda, hasta preciosas bodas a las que dota de un romanticismo único. El reflejo de la novia en el agua, la mirada nerviosa del novio antes de plantarse en el altar… Luis Oliva se desliza en esos momentos tenues para fijarlos en la imagen. En ocasiones con un toque atrevido, consigue fusionarse con el estilo de cada pareja, haciendo finalmente un álbum de bodas totalmente personal.
Pero claro, no sólo vive de ello. Retratar a pequeños con apenas meses puede resultar una tarea difícil, pero Luis Oliva hace que parezca fácil. La inocencia de la mirada de los bebés e incluso una leve sonrisa, son el resultado de algunos de sus retratos para niños. ¿Lo más divertido de hacer reportajes fotográficos para niños? Pueden ser las comuniones , donde los niños se muestran nerviosos, divertidos, el centro de una fiesta de carácter religioso que más bien es considerada una excusa más para unir a la familia. En solitario o en compañía, este fotógrafo consigue poses de los niños que les hacen parecer modelos de catálogo. De inspiración rural o marinera, saca la mejor sonrisa de los pequeños.
Y cuando se vive del arte, de la actuación, del mundo audiovisual o simplemente se pretende recordar una figura, nada mejor que un ‘book’, nombre actual del reportaje fotográfico de toda la vida. Luis Oliva también es un especialista en esta rama, en la que fusiona estéticas surrealistas con la naturalidad.
Sin duda, un fotógrafo es capaz de documentar toda una vida. Y es que la fotografía, en constante renovación, se convertirá al final del todo, en recuerdos.