Siempre recuerdo cuando mi chica y yo compramos nuestro primer hogar. Qué ilusión. Todo era felicidad. 10 años de noviazgo, una boda por todo lo alto y por fin llegaba el momento de irnos a vivir juntos. Un sueño que se convirtió en pesadilla. Y no, no lo digo por culpa de la convivencia, que esa sigue siendo fenomenal. Lo que ocurrió es que esa casa se convirtió en la de Tom Hamks en Esta Casa Es Una Ruina, y todo por culpa de las malditas humedades.
Y es que la casa la compramos de segundo mano, y os puedo jurar que cuando hicimos las visitas no vimos nada. Quizás tenga algo que ver que se trataba del mes de junio, y claro, el calor daba de lleno, hacia bueno. Mi chica es la mujer más minuciosa del mundo. Controló todos los detalles, incluso se fue preguntando a los vecinos cómo era la zona, cómo era vivir por allí. Pero se la escapó, ese pequeño gran problema. La verdad es que con la llegada de las primeras lluvias del mes de octubre, llegaron también nuestros primeros quebraderos de cabeza. Desgraciadamente no nos tocó vivir un año de pocas lluvias como ha ocurrido en 2016.
Lo notó mi chica un día que llovió mucho. Fue mirar a la pared del salón y ahí estaba el agua corriendo entre la ventana. No dábamos crédito a lo que estábamos viendo. Pero vinieron cosas peores. Por ejemplo, a la mañana siguiente notamos que en nuestro cuarto había un olor tremendo a humedad. El típico olor de pueblo de cuando abres una casa que estaba cerrada durante varios meses, y había padecido lluvia, viento y todos los elementos posibles. Estaba claro que el que nos la vendió, se lo había callado. Mi chica le llamó por teléfono, pero claro, la casa ya estaba pagada desde hace tiempo, así que le dio lo mismo. Eso sí, ella se quedó tranquila diciéndole cuatro cosas bien dichas.
Pero eso eran solo palabras había que actuar. Así que nos pusimos en contacto con la empresa Planit At que son expertos en humedades. Menos mal que eran grandes profesionales y nos lo arreglaron todo en un momento, pero es cierto que nos lo pusieron bastante mal. De esta manera, con una amplia experiencia en lo del tratamiento de humedades en Alicante y humedades por condensación, se pusieron manos a la obra. Realizaron el diagnóstico gratuito de los problemas que necesitaba arreglar, luego remitieron un Informe y presupuesto.
Tipo de humedades
Como se amoldaba a mi bolsillo, comenzaron con el tratamiento y la reparación tanto humedades por condensación, que se reconocen por el moho que aflora en techos y paredes, como las humedades por capilaridad que ascienden por los muros de las planta bajas. Solo nos faltó tener humedades de filtración que son muy frecuentes en sótanos y viviendas semienterradas e incluso en monumentos históricos como ocurrió en una de las joyas del romántico en Vigo.
La historia terminó bien, pero la verdad es que lo pasamos muy mal. A modo de resumen os puedo aconsejar que si tenéis problemas de humedades os pongáis rápidamente en contacto de profesionales, no intentéis arreglarlo vosotros, y segundo, que cuando compréis una casa, os fijéis en los detalles hasta el último rincón.