Cuando vives en una ciudad grande como Madrid o Barcelona tienes un abanico tan grande de empresas que puedes elegir según te convenga y puedes comparar y cambiar cuando te dé la gana, pero yo vivo en Jerez y aquí la oferta se reduce notablemente así que tienes que elegir muy bien. No es que no haya competencia porque sí la hay, pero es mejor que elijas bien a la primera, lo sé por experiencia. Por eso, tras mucho pensar y analizar, he decidido contratar a esto abogados en Jerez para que me lleven todo el tema de asesoría laboral.
Se trata del bufete Imfor Abogados y Asesores y os puedo asegurar que es de lo mejorcito que podéis encontrar en Jerez. Tienen más de 25 años de experiencia y están especializados en dar servicio a la pequeña y mediana empresa así que son perfectos para mí y para mi pequeño estudio de fotografía.
Lo monté hace cinco años y he ido aguantando como he podido hasta que ahora, por fin, estoy viendo buenos resultados y beneficios así que estoy contentísimo y es ahora cuando puedo empezar a mirar este tipo de cosas porque antes no podía pagarlo.
Mi punto fuerte son los retratos. Se podría decir que soy retrastista, pero un retratista moderno. Me encanta hacer books de todo tipo y cuando te gusta tu trabajo se notan los resultados. Y yo siempre digo lo mismo: La clave de un buen retrato no está en ninguna regla de fotografía.
Está claro que tienes que tener una buena técnica porque no puedes empezar a improvisar a lo loco sin tener una buena base, sería de locos. Pero si tienes esa base y conocer las posibilidades que te da el objetivo es el momento de la creatividad porque es lo que realmente hará a tus fotografías únicas y diferentes a las de tu competencia más directa.
Hay algo que todo buen fotógrafo lleva dentro y escapa a cualquier regla escrita sobre normas de fotografía, es el tacto humano, el toque de cada fotógrafo. Algo personal e intransferible como suele decirse normalmente por ahí, el duende.
No hay objetividad en ninguna fotografía aunque la cámara sólo capte lo que hay porque el encuadre, la luz, el ambiente y el estado de ánimo que tenga en ese momento el fotógrafo influirá notablemente en el resultado así que aunque muchos lo pienses: la objetividad en la fotografía no existe. Como mucho, si es lo que pretendes porque eres periodista, o porque buscas algo totalmente aséptico, puedes intentar no influir en la toma captada intentando no cambiar la luz o intentando no encuadrar sólo lo que te interesa sino el paisaje completo.
Sin embargo sigue siendo ese fotógrafo o ese reportero el que decide dónde apuntar y cómo hacerlo, seleccionando con ello un breve fragmento de la inmensa realidad.
La fotografía de retrato es muy poderosa porque capta un momento, un instante de tu vida reflejado en tu rostro, en tus ojos, y a veces es un momento o un lugar al que duele volver.